Hay libros que te llegan por casualidad. Libros de los que no tienes la menor referencia y que un día se te cruzan en tu camino. Te dejas llevar por un impulso, quizá la portada, quizá la sinopsis, y te lanzas a por ellos. Muchos, al menos en mi caso, terminan decepcionándome. Afortunadamente, hay otros que te atrapan y te dan más de lo que esperabas.
Y este es uno de ellos. Eso sí: no fueron ni la portada ni el título los que me atraparon. Algo me enganchó, quién sabe qué, a pesar de ese espantoso título y esa horrorosa portada.
Pero de vez en cuando merece la pena lanzarse a la aventura...
La rebelión de los buenos, de Roberto Santiago
Fátima Montero, propietaria de uno de los imperios farmacéuticos más poderosos del mundo, contrata al irreverente abogado Jeremías Abi para que se encargue de su multimillonario divorcio. Herida en su orgullo después de saber que su marido y socio tiene una relación amorosa con una menor, solo desea destruirle, pero algo muy turbio se esconde bajo ese encargo.
Abi, que también ha sido engañado por su exmujer y vive entre amenazas, descubre terribles ilegalidades en los métodos de la farmacéutica: ensayos con cobayas humanas, extorsiones, chantajes y estafas.
Él y su bufete rozan la quiebra, pero su afán de justicia sobrepasa cualquier límite: se disponen a enfrentarse a una multinacional con largos tentáculos, aunque eso exija mirar directamente a los ojos del mal
Esta es una novela de pura ficción, que quede claro. ¡Ojalá no fuera así! Es una historia de David contra Goliat, de buenos contra malos, una de esas historias en las que el lector no tiene dudas sobre en qué lado está. Y también, una historia de luchas imposibles, de empeños descabellados.
Pero es mucho más. Es una novela adictiva, rotunda, que juega con el lector una y otra vez, con giros sorprendentes que descolocan y le dan la vuelta a todo, con revelaciones inesperadas y una trama endiabladamente seductora.
Sí, está claro: me ha gustado. Me ha entretenido, pero sobre todo, me ha seducido ese arquetipo universal: los nadie contra los amos de todo, encarnados en este caso por una poderosa empresa farmacéutica sin ética alguna, capaz de cualquier cosa, literalmente cualquier cosa, por obtenermás beneficio.
En realidad, lo que seduce del libro va más allá: es la esperanza de humillar a los que nos humillan. De derrotar al capitalismo salvaje, brutal, que nos rodea por todas partes. De atisbar otro mundo posible.
Si a todo esto le unes unos personajes complejos, creíbles y repletos de dobleces, y una trama que no te deja respirar, tenemos el lote completo. Lástima de portada y título...
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